Desde que no soy el mismo me he dedicado a las artes del vivir adaptadamente. Descubri que los tontos no son tales y que hay que ser amigo de la mafia puesto que esta maneja el mundo. El buen beber es una aptitud necesaria, mantiene la mansedad.
Pero siempre, tarde o temprano, termino topandome con la insubordinacion, con el puro deseo de romperlo todo para poder vivir el goce de volver a construirlo a mi modo.
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