Y con la altura de un Caballero Ingles le dije:
"¿Porque no te vas un poquito
a la concha de tu madre?”
Me dio la espalda y se fué.
Tantisimo mas cómodo
entre las sombras
me puse a pensar.
Suspiré.
Segundos después se me ocurrió
que podía amotinarme contra el orden cósmico
y de un salto llegar al sol.
Me lastimé la rodilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario